La percepción de la demanda de créditos para sus distintas modalidades en el cuarto trimestre de 2022 mostró cifras negativas luego de dos años. Así lo indicó el reporte sobre situación de crédito en Colombia, realizado por el Banco de la República, en el que el indicador de percepción de la demanda de crédito para todas las modalidades volvió a tocar terreno negativo en el último trimestre de 2022, situación que no se presentaba desde septiembre de 2020.
Para llegar a los resultados que presenta el reporte, las entidades respondieron cómo consideran la demanda de crédito, en un rango de uno a cinco, en el que uno es acceso inferior y cinco acceso superior al crédito. Con esto se determinó el balance, que es la diferencia entre ambas respuestas.
Al analizar los resultados, las modalidades que presentaron las mayores reducciones en su balance fueron las de las carteras de consumo y vivienda, que cayeron en 60 y 49 puntos porcentuales, respectivamente. Consumo se ubicó en -4,46% luego de haber estado en 56%, y vivienda en -16,82%, luego de haber estado en 32,31%.
Mientras que las modalidades que presentaron menor reducción fueron comercial y microcrédito, pero no porque su comportamiento fuese mejor sino porque fue menos abrupto, ya que desde inicios de 2022 habían mostrado una tendencia más notoria en la reducción de la demanda.
La modalidad de vivienda pasó de estar en 1,01%, una cifra muy cercana a la senda negativa, a -28,49%, y microcrédito pasó de estar en 5,95% a -16,01%.
Pero ¿a qué se deben estos cambios? Los analistas lo atribuyen al progresivo efecto de la política monetaria implementada para contrarrestar la inflación.
“Todas las modalidades, desde crédito hipotecario, de consumo, hasta tarjetas de crédito, muestran un fuerte aumento en tasa de interés, dejando poco espacio a destinar parte del salario para pago de deuda”, asegura Giovanna Sarasty, experta en finanzas.
Además, este comportamiento se venía esperando desde hace meses, cuando se comenzaba a ver que algunas carteras se estaban deteriorando, según analistas, por los movimientos vistos en el Gobierno.
“Incertidumbre, desconfianza, temor. El nuevo Gobierno y las reformas hicieron a un consumidor temeroso repensar el uso de su dinero y la adquisición de nuevas obligaciones”, añade Mónica Higuera, experta en finanzas.
A esto, se suma lo directamente proporcionales que son las tasas y la inflación. “Sin duda, las mayores tasas restan atractivo a endeudarse y eso explica el comportamiento. Mientras la inflación siga alta y las tasas de interés subiendo, se espera que siga la misma tendencia”, explica Ana Vera Nieto, economista jefe de In On Capital.
Sin embargo, hay expertos que creen que la inflación está próxima a frenar. Esto, teniendo en cuenta que para febrero llegó a 13,28%, una cifra, que si bien sigue estando en sus máximos desde 1999, podría estar acercándose al techo de este indicador.
Tomado de: La República